A partir del acceso sobre el Parque Espinosa, el proyecto se estructura con base en una calle interior que divide el programa en dos: biblioteca (con vista a los cerros tutelares), auditorio y Facultad de Ingeniería (hacia el campus de la universidad). La circulación hace parte de la continuación del Eje ambiental. Se adentra en la arquitectura acogiendo su tridimensionalidad, mediante la implementación de plataformas útiles, puentes y escaleras, para responder a las exigentes necesidades de movilidad. Esta calle interior es alimentada por iluminación natural, estrategia de troquelar la cubierta y los distintos niveles, configurando y articulando vacíos con llenos. El planteamiento estructural logra una simplicidad y modulación que se refleja en la definición de elementos de circulación y espacios de uso contenidos entre la geometría estructural, lo que permite una amplia diversidad de espacios y secciones adaptables a los diferentes requisitos funcionales presentes o futuros.